El melón puede deleitarnos con su increíble aroma y su pulpa dulce y jugosa. Pero para cultivar este cultivo en las condiciones de la zona media, es necesario hacer un gran esfuerzo. Y qué molesto es a veces que las frutas maduras no nos impresionen ni por su tamaño ni por su sabor, a pesar de todos nuestros esfuerzos.
¿Por qué el melón no crece dulce incluso en un invernadero o semillero? Nombraremos las razones más comunes y le contaremos las reglas de la tecnología agrícola que le permitirán disfrutar de una excelente cosecha en el futuro.
1. Características de la variedad
Todas las variedades e híbridos de melón se diferencian no sólo en las características externas del fruto, sino también en el sabor, al igual que los frutos de los tomates, pepinos y otros cultivos. Algunos melones acumulan más azúcares a lo largo de una temporada, mientras que otros acumulan menos. Es genético. Por cierto, el melón más dulce y aromático se considera el cantalupo, cuya pulpa se distingue por su color naranja brillante.
Hay muchas variedades que producen una buena cosecha sólo en las regiones del sur. Y cuando se cultivan en la zona media, incluso en condiciones de invernadero, no siempre crecen grandes y dulces. Por eso, conviene elegir siempre variedades probadas y zonificadas. Para las regiones del norte y la zona media son adecuadas las variedades e híbridos de maduración temprana y media-temprana: Aikido F1, Altai, Piña F1, Assol, Postre, Iroquois F1, Caramelo, Sueño del Sibarita, Oro Escita, Cenicienta, Petra F1, Melón del Norte, Cuento de Hadas, Titovka, Shanti F1, Ethiopka etcétera
2. Siembra inoportuna
En las regiones del sur, el melón se suele sembrar directamente en campo abierto con semillas en abril-mayo. Pero en las condiciones de la zona media, es aconsejable cultivar este cultivo mediante plántulas para que los frutos tengan tiempo de madurar y obtener la máxima cantidad de azúcares.
Las semillas de melón se siembran para las plántulas en la segunda quincena de abril, 30-40 días antes de la fecha prevista de trasplante de las plantas al huerto. Si siembras las semillas demasiado pronto, las plántulas se estirarán y tardarán mucho tiempo en echar raíces en un lugar permanente. Por lo tanto, no es necesario apresurarse con la siembra de semillas, a pesar de que las plántulas de algunas variedades de melón se desarrollan con bastante lentitud.
Es mejor sembrar las semillas inmediatamente en recipientes de plantación separados, ya que el melón, al igual que otras calabazas, no tolera bien la recolección. Para el cultivo de plántulas, es aconsejable utilizar suelo fértil (mezcla de turba con biohumus o humus), tratado con un biopreparado a base de bacilo del heno o trichoderma. Esto ayudará a crear una microflora favorable para el crecimiento de las plántulas y protegerá las plántulas futuras de la pudrición de la raíz y otras enfermedades.
El cuidado adecuado de las plántulas y la plantación en un suelo cálido y fértil garantizarán plantas fuertes y una buena cosecha. En regiones con condiciones climáticas inestables, es aconsejable plantar el melón en un invernadero o bajo una cubierta de película para que las plantas comiencen a desarrollarse rápidamente. Es importante elegir un lugar bien iluminado para plantar el cultivo y preparar cuidadosamente el lecho.
3. Exceso de nitrógeno
El melón crece bien en suelo fértil y suelto. Al preparar una cama, puede agregar humus o biohumus (3-5 kg por 1 mXNUMX), agregar turba, arena y vermiculita si el suelo es demasiado pesado y denso, así como fertilizante mineral complejo (OMU Universal, Fasco Bio Vegetables, Rodnichok, etc.).
Durante la temporada de crecimiento, no hay que dejarse llevar por la fertilización con nitrógeno: la nutrición debe ser equilibrada. La primera alimentación del melón se realiza en la etapa de aparición de 2-3 hojas verdaderas o 7-10 días después del trasplante de las plántulas. Para este fin, puede utilizar una infusión de malezas o biohumus, así como un fertilizante complejo soluble en agua: Kristalon Special, Krepych, Agromaster 18.18.18+3, Novofert Universal, etc. La forma líquida del fertilizante asegura una aplicación uniforme de los nutrientes y su completa absorción.
El uso frecuente de fertilizantes con alto contenido de nitrógeno produce un mayor crecimiento de hojas, tallos y brotes. Como resultado, la floración de dichas plantas se retrasará y no se podrán esperar frutos grandes y dulces.
Durante el período de floración y formación del fruto, los melones necesitan más fósforo y potasio. Por eso, en verano puedes abonar las plantas con infusión de ceniza (1 vaso por cada 10 litros de agua) o fertilizantes complejos: Fasco Vegetables, Kristalon Orange, Agricola para pepinos, calabacines, calabazas, Plantafid 5.15.45, Agromaster 3.11.38+4, Fertika Lux.
Para obtener una cosecha completa, los melones deben recibir no sólo nitrógeno, fósforo y potasio, sino también nutrientes como azufre, calcio, magnesio y boro. También son responsables del sabor y aroma de la fruta. Por lo tanto, durante la temporada es necesario realizar varias fertilizaciones del melón utilizando fertilizantes complejos con microelementos.
4. Riego excesivo
Los melones necesitan ser regados a medida que la capa de raíces del suelo se seca: rara vez, pero abundantemente. Para el riego, utilice únicamente agua sedimentada que haya sido calentada al sol. Con riegos frecuentes con agua fría y exceso de humedad en el suelo, las plantas pueden infectarse con raíces y pudrirse.
El melón es un cultivo resistente a la sequía: la planta es capaz de obtener agua por sí sola. Pero como los melones se plantan con mayor frecuencia en zonas soleadas, en parterres elevados, donde el suelo se seca rápidamente y se calienta demasiado, es aconsejable cubrir el parterre con heno, paja o cubrirlo con agrotextil. Esto ayudará a retener la humedad y facilitará el cuidado de las plantaciones.
El riego debe suspenderse tres semanas antes de la cosecha. Es al final de la temporada cuando las frutas comienzan a acumular azúcar. Y si comienzan las lluvias prolongadas, es aconsejable cubrir los melones que crecen en campo abierto con una película, de lo contrario los frutos estarán acuosos y no dulces.
5. Falta de luz y calor
Si un melón crece en un jardín bajo los árboles o en el rincón más alejado de un invernadero, detrás de una densa pared de tomates o pepinos, entonces no debe sorprenderle que los frutos hayan crecido sin azúcar. Para que los frutos acumulen una cantidad suficiente de azúcares, las plantas necesitan sol abierto. Después de todo, cuanto más luz hay, más activa es la fotosíntesis. Y si durante el período de maduración de la fruta el clima es nublado, lluvioso y fresco, entonces aumenta la probabilidad de obtener frutas no muy dulces.
En condiciones de suelo protegido, los melones sufren menos las fluctuaciones de temperatura y las fuertes lluvias. Pero en los invernaderos, las plantaciones suelen ser más densas para ahorrar espacio. Como resultado, las plantas se sombrean entre sí y reciben menos nutrición y luz solar. Por lo tanto, es necesario formar cultivos de invernadero de manera oportuna y plantarlos de manera que todas las plantas estén bien iluminadas.
6. Formación incorrecta
Si cultivas melones sin darles forma, obtendrás arbustos exuberantes con numerosos ovarios pequeños. Pero tampoco puedes eliminar todos los hijastros del melón. Los frutos de casi todas las variedades de melón se forman solo en los brotes laterales. Por lo tanto, se recomienda pellizcar el tallo principal después de la 4-5ª hoja para que los brotes se desarrollen más activamente desde las axilas.
A medida que se formen los frutos, corte los brotes laterales, dejando de 4 a 5 hojas en cada uno después del ovario. Durante la temporada de crecimiento, es necesario regular el número de ovarios para no sobrecargar la planta. En los melones de frutos grandes suelen quedar de 2 a 4 ovarios y en los de frutos pequeños de 5 a 6 piezas. Los ovarios restantes deben ser extirpados. Hasta el final de la temporada, es necesario inspeccionar las plantaciones y eliminar los brotes jóvenes que aparecen en las axilas de las hojas para que toda la energía de la planta se destine a la formación de frutos.
7. Enfermedades y plagas
El melón, al igual que otras calabazas, es susceptible a diversas enfermedades: podredumbre radicular, mildiu polvoroso, antracnosis, alternaria, mancha angular, etc. Las raíces de las plantas suelen ser roídas por las larvas del abejorro, y a los pulgones, moscas blancas y ácaros les gusta instalarse en las hojas.
Los arbustos debilitados se desarrollan mal y los frutos crecen pequeños y sin sabor. Para evitar esto, inmediatamente después de la plantación, el melón debe tratarse con preparados a base de bacilo del heno: Fitosporin-M, Alirin-B, Gamair, Baktofit. Y si encuentras plagas de insectos en el invernadero, pulveriza las plantas con Biokill o Fitoverm. El tratamiento de las plantaciones con preparados biológicos contra enfermedades y plagas debe realizarse cada dos semanas durante toda la temporada.
Y si eres partidario de los remedios caseros, entonces para la prevención puedes rociar el melón con infusión de ajo (150 g de dientes triturados por cada 10 litros de agua). Esto ayudará a repeler las plagas y detener el crecimiento de hongos y bacterias patógenos.
Las hojas de melón enfermas y amarillentas que se encuentran en el suelo deben eliminarse. Se deben cortar a nivel del tallo, sin dejar los pecíolos, utilizando un cuchillo o unas tijeras. También puedes eliminar algunas hojas grandes que interfieren con la ventilación e iluminación de los tallos. Sin embargo, no olvides que si en la base de la hoja hay un ovario, éste no se puede cortar.
Incluso en condiciones de un verano corto, se puede cultivar un melón dulce y aromático si se elige la variedad adecuada y se siguen las reglas básicas de la tecnología agrícola. Pero si el sabor de la fruta no te convence, puedes preparar postres sencillos y deliciosos que seguro gustarán a toda la familia: helado, batido, ensalada de frutas, mermelada o pastilla.