La planta de Jacarandá pertenece a la familia Bignoniaceae. Este género está representado por arbustos y árboles. Esta planta perenne alta puede alcanzar los 20 metros de altura o incluso más. Sus ramas están decoradas con espectaculares láminas foliares doblemente pinnadas, similares en apariencia a un helecho. Es por esto que a esta planta también se la llama popularmente “árbol helecho”. En la naturaleza, el jacarandá se puede encontrar en México, India e Israel.
El arbusto proviene de América del Sur, o más precisamente de su zona tropical. A menudo se cultiva en interiores. El cultivo se caracteriza por un crecimiento rápido, siendo su crecimiento medio anual de unos 25 centímetros. La altura de un arbusto adulto puede alcanzar hasta 200 cm, pero solo si no se realiza una poda oportuna. En condiciones de interior, la planta rara vez complace con sus flores, mientras que en la naturaleza florece en invierno o a mediados de abril.
En las partes superiores de los tallos frágiles se forman una gran cantidad de flores en forma de campana de color púrpura. Forman parte de grandes inflorescencias que tienen forma de panícula. La planta también es llamada “árbol violeta”, esto se debe al color de las inflorescencias.
Breve descripción del cultivo
- Condiciones de temperatura. En la estación cálida, el arbusto crece y se desarrolla bien a una temperatura de unos 25 grados, mientras que en los meses de invierno se mantiene a temperatura ambiente.
- Humedad. Debería ser al menos el 65 por ciento. Por lo tanto, la planta necesita humedecerse diariamente con un pulverizador.
- Iluminación. Necesita mucha luz brillante y difusa. El arbusto necesita alrededor de 3,5 horas de sol directo al día.
- riego. En verano, el sustrato de la maceta se humedece abundantemente y con frecuencia (unas cuatro veces cada 7 días). En otras épocas del año, la planta se riega para que la capa superior de la mezcla de tierra en el recipiente no se seque.
- Sustrato. Para prepararlo, combine arena, humus, turba, hojas y tierra de turba (1:2:2:4:2). Se hace una buena capa de drenaje en el fondo de la maceta.
- RЈRґRѕR ± SЂRμRЅReRμ. Durante el periodo otoño-invierno no se realiza ningún abono. En primavera y verano, el jacarandá se alimenta una vez cada 1 semanas utilizando fertilizante mineral diluido.
- Trasplante. Mientras el arbusto es joven, este procedimiento se realiza cada año y los ejemplares adultos se replantan una vez cada 1 años.
- Reproducción. Por semillas o esquejes.
- Características de cuidado. Durante la temporada cálida, se recomienda trasladar el árbol al jardín o al balcón, si es posible. Para ello se elige un lugar que esté protegido de forma fiable contra corrientes de aire. En primavera se poda la planta para formar la corona.
Cuidado de la jacaranda en casa
Para que el jacarandá de interior crezca bien y se desarrolle adecuadamente, es necesario intentar proporcionarle unas condiciones óptimas.
Condiciones de temperatura
Al ser una planta tropical se distingue por su naturaleza amante del calor. Al cultivarlo en interiores, se debe prestar especial atención al régimen de temperatura. Durante los meses de verano, el arbusto debe mantenerse cálido (unos 25 grados). En invierno, crece y se desarrolla normalmente a temperaturas del aire cercanas a la temperatura ambiente. Una bajada de la temperatura del aire a 13 grados no resulta perjudicial, pero debería ser una consecuencia breve.
Humedad
Este huésped tropical requiere una alta humedad del aire, siendo el nivel óptimo entre el 65 y el 70 por ciento. Por eso es necesario humedecer diariamente el follaje de la planta con un pulverizador, utilizando agua bien sedimentada y ligeramente tibia. Se recomienda rociar el arbusto por la noche, ya que no se debe permitir que la luz solar directa caiga sobre las hojas mojadas.
También puedes aumentar el nivel de humedad del aire utilizando un humidificador doméstico o colocando un recipiente abierto lleno de agua cerca del arbusto. También puedes llenar una bandeja alta con piedras húmedas o arcilla expandida y colocar un recipiente con una planta encima.
Iluminación
Para el desarrollo normal del árbol, es necesario asegurarse de que esté expuesto a la luz solar directa durante aproximadamente 3,5 horas todos los días. El resto del tiempo le bastará una luz brillante y difusa. Durante los meses de invierno, el jacarandá también necesita mucha luz. El alféizar más adecuado es el orientado al sureste o al este.
Para que el crecimiento y desarrollo de la corona sea uniforme, es necesario girar periódicamente la maceta con el arbusto sobre su eje para que los rayos del sol iluminen primero un lado y luego el otro.
riego
Este arbusto se distingue por su naturaleza amante de la humedad. En verano, la planta se riega al menos una vez cada 3 días. En otras épocas del año, el riego debe realizarse con tal frecuencia que no tenga tiempo de formarse una costra densa en la superficie de la mezcla de tierra.
Para regar, utilice agua bien sedimentada, cuya temperatura debe ser ligeramente superior a la temperatura ambiente. Para evitar una evaporación excesivamente rápida de la humedad, la superficie del círculo del tronco del árbol se cubre con una capa de mantillo, que puede ser musgo sphagnum picado, sustrato de coco o corteza de abeto.
Elegir una maceta
Además, se debe prestar especial atención a la elección de la maceta. No utilice un recipiente excesivamente grande para plantar, de lo contrario el arbusto se estirará hacia arriba y tendrá un aspecto desordenado. La maceta debe ser bastante baja y ancha, y es imprescindible realizar una buena capa de drenaje en el fondo. A la hora de replantar, coge un recipiente nuevo, que deberá tener 3 cm más de diámetro que el anterior.
Sustrato
Para cultivar jacarandá es necesario elaborar el sustrato uno mismo. Para ello, combine turba, humus, arena y también tierra de turba y hojas, tomadas en la proporción 2:2:1:2:4. La mezcla de tierra debe ser fértil y ligera. Para hacerla más suelta se combina con vermiculita o virutas de ladrillo.
RЈRґRѕR ± SЂRμRЅReRμ
En los meses de otoño e invierno no está permitido añadir fertilizantes al sustrato. La fertilización se realiza durante todo el período primavera-verano con una frecuencia de una vez cada cuatro semanas. Para este fin, utilice un fertilizante complejo mineral en forma líquida, que debe diluirse con agua en una proporción 1:1.
La fertilización se realiza junto con el riego; En este caso, los nutrientes serán absorbidos por las raíces mucho más rápido. Durante el período de caída de hojas, que ocurre en las últimas semanas del invierno o las primeras de la primavera, no se realiza ninguna fertilización.
Trasplante de jacarandá
Mientras el árbol violeta es joven, debe replantarse regularmente una vez al año en primavera. Los arbustos adultos se someten a este procedimiento una vez cada 1 años. El trasplante se realiza con mucho cuidado y no es necesario profundizar el cuello de la raíz, ya que esto puede provocar que el punto de crecimiento acabe bajo tierra, lo que provocará una detención en el desarrollo del arbusto.
A la hora de elegir un nuevo recipiente, tenga en cuenta que su diámetro debe ser 30 mm mayor que el del recipiente antiguo. Debe haber agujeros en el fondo del recipiente para el drenaje. Además, no olvides realizar una capa de drenaje gruesa y preparar un sustrato con una composición óptima.
Recortar
Por regla general, en invierno las hojas caen del árbol, mientras que en primavera aparecen hojas jóvenes en las ramas. El jacarandá se poda anualmente durante los meses de primavera. Para crear una bonita corona, recurren a acortar los extremos de las ramas. Y para que el arbusto se ramifique mejor se hacen pinzamientos periódicamente.
Creando Bonsáis
El jacarandá de interior es ideal para cultivar en estilo bonsái. Para ello es necesario formar el tronco principal y varias ramas potentes y espectaculares. Para forzar a los brotes a crecer en la dirección deseada, se enrolla un alambre grueso alrededor de ellos y se les coloca un peso pesado.
Puedes deformar fácilmente los brotes del árbol violeta según tus necesidades. Sin embargo, recuerda que sus ramas son extremadamente frágiles. Por eso los expertos recomiendan tener mucho cuidado al formar una rama, pues un solo movimiento torpe es suficiente para provocar su rotura. Aquellas ramas que consideres innecesarias debes cortarlas. Una vez que los brotes principales han crecido, se pellizcan sus puntas.
Una vez que las ramas estén completamente lignificadas, se pueden quitar los pesos y el alambre. El bonsái está listo. En el futuro, lo único que quedará será mantener la forma del arbusto. Para ajustarlo se realizan pinzamientos y recortes según sea necesario.
floración
En estado salvaje, la jacarandá en flor tiene un aspecto sencillamente lujoso. En numerosas ramas de árboles altos se forman muchas inflorescencias paniculadas, sueltas, alargadas y exuberantes, que consisten en espectaculares flores en forma de campana. Las inflorescencias se forman en las axilas de las hojas o en la parte superior de las ramas delgadas. El color de las flores puede ser azul oscuro, azul claro, lavanda, morado o una mezcla de estos colores.
Las inflorescencias huelen agradablemente a miel fresca, por lo que atraen activamente a los insectos. Las inflorescencias paniculadas colgantes se ven muy hermosas sobre el fondo de hojas de encaje, pintadas en un rico tono verde. En casa es muy raro ver un árbol así florecer. Si quieres ver el jacarandá en flor, entonces deberías visitar el jardín botánico.
El período de descanso
El período de inactividad de este cultivo dura desde la segunda mitad de noviembre hasta los primeros días de marzo. Durante este tiempo, el jacarandá debe estar en una habitación donde la temperatura del aire no baje de los 17 grados. También es importante prestar atención a la iluminación, que debe ser brillante en cualquier época del año, incluso en invierno. Gracias a esto la planta se desarrollará dentro de los límites normales. En estado latente, el arbusto no necesita alimentación adicional. El riego debe ser menos frecuente y abundante que en la estación cálida, pero hay que tener cuidado de que la tierra de la maceta no se seque.
Métodos de reproducción
Creciendo de semilla
Las semillas de jacarandá se siembran en primavera. Tome un poco de gasa húmeda, dóblela en varias capas y envuelva el material de la semilla en ella. Coloque las semillas en un lugar cálido durante dos o tres días. No olvides mojar la gasa periódicamente.
Tome tazas pequeñas y llénelas con sustrato. Plantar 1 semilla en cada recipiente a 1 cm de profundidad. Humedecer generosamente el sustrato y cubrir el recipiente con vidrio o film por encima. No olvides ventilar periódicamente los cultivos y humedecer el sustrato si es necesario. Si los cultivos se mantienen calientes, las primeras plántulas podrán verse después de unas tres semanas. Cuando las plantas crecen y se hacen más fuertes se plantan en macetas más grandes.
Corte
Los esquejes se preparan de mayo a julio y su longitud debe ser de 10 centímetros. La parte inferior de los esquejes se trata con un agente estimulante del crecimiento de las raíces, luego se plantan para enraizar en un sustrato humedecido, se cubren con una película en la parte superior y se guardan en un lugar cálido. Los esquejes echarán raíces en aproximadamente medio mes. La aparición de hojas jóvenes indicará que el procedimiento fue exitoso. Los esquejes enraizados se plantan en macetas individuales.
También puedes enraizar los esquejes en un vaso de agua y sumergir el sitio del corte en Kornevin. El agua debe mezclarse con el polvo de carbón. No olvides cambiar periódicamente el agua del vaso. Una vez que la longitud de las raíces crecidas alcance 1–1,5 cm, plante los esquejes en macetas separadas.
Ambos métodos son bastante efectivos y comunes entre los cultivadores de flores.
Posibles problemas
Si no se cuida adecuadamente un jacarandá doméstico, éste se vuelve menos resistente a plagas y enfermedades. En este caso se plantean problemas como:
- La podredumbre se forma en el sistema radicular.. Riego excesivo y capa de drenaje deficiente. Replantar el arbusto enfermo, cortando todas las raíces afectadas. Para plantar, utilice una mezcla de tierra que contenga trozos de ladrillo, vermiculita y perlita.
- Amarillamiento del follaje. La planta está experimentando una falta de hierro. Añade este elemento al sustrato.
- Hojas que caen en primavera. Proceso natural.
- alimañas. El árbol puede estar infestado de cochinillas, ácaros o moscas blancas. Para eliminarlos, utilice insecticidas adecuados.
Tipos de Jacaranda con fotos y nombres
A continuación describiremos los tipos de jacarandá que más se cultivan en interiores.
Jacarandá mimosifolia
La altura del tronco recto y no ramificado puede alcanzar hasta 300 cm. La forma de las hojas pinnadas es alargada. La longitud de las flores es de aproximadamente 5 cm, mientras que el diámetro alcanza hasta 3 cm. Su color es azul intenso, mientras que los pétalos están decorados con pequeños puntos blanquecinos. Forman parte de panículas alargadas.
Jacaranda tomentosa
En la naturaleza, la altura del árbol alcanza los 15 m e incluso más. El color de las láminas de las hojas pinnadas es verde oscuro. Están formadas por 4 pares de folíolos, los cuales se dividen en lóbulos de forma ovoide. Las inflorescencias paniculadas consisten en flores de color púrpura.
Jacaranda acutifolia
El tronco recto y ramificado alcanza una altura de unos 15 metros. Las láminas de las hojas caladas están pintadas de un rico tono verde, mientras que en apariencia son similares a un helecho. Las flores tubulares tienen un delicado color azul.
Jacarandá filicifolia
La planta mide unos 8 metros de altura. Las láminas de las hojas, alargadas y bipinnadas, son de color esmeralda. Las inflorescencias paniculadas largas (de unos 35 centímetros) consisten en flores tubulares de color lavanda.