Frutos de colores brillantes con pulpa dulce y jugosa: el sabor y los beneficios de los tomates son difíciles de sobreestimar. Hay muchísimas razones por las que deberías comer tomates. Pero lo primero de todo es su valiosa composición.
El debate sobre qué tipo de planta es el tomate comenzó en el siglo XVI, cuando los exploradores españoles trajeron sus semillas desde Sudamérica a Europa. En la lengua azteca, la palabra «tomatl» significaba «baya grande». Los indios peruanos no estaban lejos de la verdad, pues en sentido botánico el fruto del tomate es una baya jugosa, de piel fina y múltiples semillas.
El nombre en latín Solanum lycopersicum, que significa «melocotón lobo», fue dado a los tomates por Carl Linnaeus, quien estaba convencido de que los frutos de la planta eran incomestibles y tan venenosos como las bayas de la patata o la belladona. Mucho más tarde se supo que el alcaloide solanina, contenido en los frutos de las solanáceas, desaparece al madurar.
Los románticos franceses creían que los frutos rojos brillantes y con forma de corazón conferían el poder del amor, por eso los llamaban “pomme d’amour”, “manzanas del amor”. Los italianos, que probablemente sólo conocían los tomates amarillos y naranjas, los llamaban «manzanas doradas» (рomo d’oro).
Descubre ahora por qué deberías comer tomates todos los días.
1. Los tomates previenen el cáncer
El color rojo de los tomates viene dado por el pigmento carotenoide licopeno. Además de su capacidad colorante, tiene potentes propiedades antioxidantes, gracias a las cuales, al comer tomates, puedes protegerte del cáncer. Además, en las frutas que han sufrido un tratamiento térmico, por ejemplo en la pasta de tomate, la salsa o el kétchup, la cantidad de la sustancia es incluso mayor que en las verduras crudas.
El cuerpo humano no es capaz de producir licopeno por sí solo, por lo que una persona sólo puede obtenerlo de los alimentos. Además de los tomates, también se encuentran carotenoides valiosos en los albaricoques y las sandías. Diez porciones de tomates a la semana reducen el riesgo de cáncer de próstata en hombres en un 45%, y esa no es la única investigación científica en el campo de la salud.
2. Los tomates protegen contra la radiación ultravioleta.
Las personas que aman tomar el sol deben consumir salsa de tomate regularmente. Las propiedades protectoras del «aceite curtiente» comestible fueron descubiertas hace poco tiempo. Sin embargo, los tomates por sí solos no protegen contra la radiación solar dañina. Por eso, nunca debes renunciar a los aceites y cremas bronceadoras con filtros de luz especiales. En pocas palabras, los tomates que comes durante la temporada de playa potenciarán aún más el efecto del cosmético, creando una barrera contra los dañinos rayos ultravioleta del espectro A y B.
3. Los tomates promueven la pérdida de peso.
Dado que los tomates contienen un 93% de agua, se recomiendan para cualquier persona que esté decidida a perder peso. Además, las frutas jugosas contienen fibra, que da sensación de saciedad y regula el sistema digestivo. Los tomates también son ricos en potasio, que ayuda a eliminar toxinas y el exceso de agua del cuerpo. Y esto siempre conlleva pérdida de peso.
4. Los tomates suavizan la piel.
El consumo regular de tomates te ayudará a conseguir una figura esbelta, protegerte del cáncer y mantener una piel bonita y saludable.
La vitamina C, presente en los tomates, tiene un efecto positivo en el estado de la piel: satura las células con oxígeno y fortalece las paredes de los vasos sanguíneos. El jugo de tomate ayudará a blanquear las antiestéticas manchas rojas después del acné. Además, los tomates contienen vitamina E, también llamada el “elixir de la juventud”. Los productos que contienen esta vitamina ayudarán a prevenir la aparición de arrugas profundas y detener el envejecimiento prematuro de la piel.
5. Los tomates fortalecen las uñas y el cabello.
No es necesario gastar dinero en costosos procedimientos cosméticos durante la temporada de maduración del tomate. Los minerales que contienen ayudarán a solucionar los problemas de puntas abiertas y uñas quebradizas.
El pigmento que se encuentra en los tomates es un remedio ideal para quienes han sufrido la falta de profesionalismo de los peluqueros. Si tu cabello ha adquirido un tinte verdoso debido a una tintura fallida, la mejor manera de eliminar este desagradable problema es hacer una mascarilla a base de pasta de tomate. Durante el procedimiento de 20 minutos, el tinte rojo neutraliza el color verde. Sin embargo, tenga cuidado: después de este tratamiento, su cabello puede adquirir un tono rojizo cálido.
El jugo de tomate actuará como acondicionador para tu cabello después del lavado. Se debe aplicar en el cuero cabelludo y el cabello durante sólo 5 minutos, luego enjuagar con agua. Esta mascarilla hidratará tu cabello, dejándolo suave y brillante. El procedimiento también ayudará a quienes sufren de cuero cabelludo seco y con picazón.
6. Los tomates estimulan la inmunidad.
Los tomates son una fuente óptima de ácido ascórbico y puedes comerlos durante todo el año. Además, las frutas de invernadero contienen la misma cantidad de “vitamina anti-resfriado” que la pulpa de sus “hermanos” cultivados en el suelo.
Sin embargo, a la hora de elegir tomates hay que guiarse por su grado de maduración. Una fruta madura se caracteriza por un olor intenso en el punto donde se une el tallo.
Un tomate grande aporta el 60% de las necesidades diarias de vitamina C del organismo. Además de su capacidad para resistir infecciones, el ácido ascórbico acelera el proceso de curación de heridas y hematomas y favorece una rápida recuperación tras una actividad física intensa.
7. Los tomates reducen la presión arterial
La popular dieta DASH (Dietary Approach to Stop Hypertension), la llamada dieta para hipertensos, que se considera terapéutica porque reduce la presión arterial, sugiere comer 4-5 porciones de frutas y verduras diariamente. Además, la dieta diaria debe incluir tomates, que son ricos en flavonoides. Estas sustancias regulan el contenido de colesterol “bueno” en el organismo y previenen el desarrollo de la hipertensión.
8. Los tomates regulan los niveles de azúcar en sangre.
Los tomates son ideales para los diabéticos debido al alto contenido de cromo en la fruta. Este elemento químico ayuda a mantener un nivel de azúcar en la sangre constante, evitando fluctuaciones bruscas.
9. Los tomates alivian los síntomas de la menopausia.
Con la llegada de la menopausia, las mujeres suelen sufrir de exceso de peso, desarrollar enfermedades cardíacas y, a menudo, tumores. Según investigaciones médicas, muchos de los síntomas que acompañan a la menopausia pueden minimizarse o incluso eliminarse. Esto se puede conseguir siguiendo la dieta mediterránea, que se basa en verduras como el brócoli, la zanahoria y el tomate.
10. Los tomates guisados son más saludables que los crudos.
Tradicionalmente, se cree que las verduras y frutas son más saludables si se comen crudas. No hay excepción alguna en el caso de los tomates: son sanos y sabrosos para comer, recogidos directamente del arbusto. Pero hay otro hecho bien conocido: el tratamiento térmico aumenta los efectos beneficiosos de los tomates en el cuerpo humano. El licopeno, que está contenido en las membranas celulares, se libera bajo la influencia de la temperatura. Gracias al calentamiento, se digiere más fácilmente y las cualidades beneficiosas de las verduras no solo no disminuyen, sino que, por el contrario, aumentan.
¿Quién debería evitar los tomates?
Sin embargo, también existen limitaciones en el consumo de tomates. No deben ser consumidos por personas con gastritis, úlceras o enfermedades renales. Debido al contenido de ácido oxálico, los tomates están contraindicados en casos de artritis, gota y reumatismo. Además, los tomates a menudo provocan reacciones alérgicas, por lo que las personas propensas a las alergias deben tener cuidado al comer tomates. Sin embargo, se han desarrollado variedades de tomates verdes que no provocan urticaria, erupciones ni picazón.
Según diversas fuentes, en el mundo existen entre 10 y 000 variedades de tomates. Sus frutos tienen los tonos más inusuales: desde el blanco y el rosa hasta el morado y el negro. Las propiedades beneficiosas son siempre estables y no dependen del color, la variedad o las condiciones de cultivo.